HOMBRE SORPRENDIDO.

Y es qué así parece por los hojos tan abiertos. Muy curioso el flequillo fijado con algún tipo de cera. Para los caballeros en sus bigotes se usaban diferentes ceras y aceites para mantener mostachos más grandes y complejos que también podían servir de fijativos para el pelo. Pero el aceite de mascasar fue el que se llevó la palma en Madrid y en las peluquerías y barberías se ponía en los respaldos de los asientos una protección para absorber las manchas de aceite que dejaba el personal al apoyar la cabeza.

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