PEQUEÑO EN ETERNO DESCANSO
Escalofriante imagen de una pintura sacada de un retrato de obituario infantil llamados genéricamente memento mori. El retrato post mortem es la continuación de la costumbre de pintar a los muertos desde la edad media, con un significado de recuerdo de la mortalidad y su inevitable desenlace. Esta disciplina pictórica se hace más común entre los niños en el siglo XVI y los religiosos. Los primeros para retratar su pureza y los segundos para recalcar la vanidad de los retratos en vida. Al igual que el retrato, esta nueva técnica fotográfica conllevó la necesidad por parte del fotógrafo de embellecer y naturalizar la escena simulando a la persona plácidamente dormida, como es el caso o en una escena más rutinaria.