Mostrando 201 - 225 de 474 Registros

La pajarita, aunque apareció en el siglo XVII como prenda funcional en el uniforme croata en plenas guerras prusianas para cerrar la camisa, el rey sol Luis XIV la adopto para los uniformes de su ejército, la moda traspaso el canal de la mancha donde Lord Brummel la popularizó y más después de la revolución industrial y su producción en diferentes estampados. Actualmente es una prenda usada para importantes eventos y celebraciones sociales y que se combina a la perfección con el smoking o frac.


El señor luce un alfiler de corbata con una herradura, quizas por su profesión o por invocar a la suerte. La fotografía de retrato nace en el siglo XIX continuando la labor artística de los pintores retratistas de la época, avalada por siglos de historia. Con la fotografía, el retrato se socializa, y aunque no deja de ser costoso, no lo es tanto como contratar a un pintor. Primero la usaron las familias con una posición económica acomodada, popularizándose posteriormente.


Hacerse una fotografía en el siglo XIX debía ser un acontecimiento de importancia con carácter de celebración, festividad o solemnidad, ya que implicaba el vestirse y prepararse para la ocasión, el acudir casi siempre acompañado al estudio, y el negociar el carácter del retrato, la puesta en escena, y la iluminación con el fotógrafo.


La técnica del ovalo esfumato resaltaba la figura del fondo de una forma delicada y elegante, imitando los retratos pintados de épocas anteriores con fondos oscuros y esfumato, que así se llamaba a la técnica de degradado tonal. También el soporte en el que se iba a llevar definía la forma. Este tipo de imágenes solían utilizarse para llevar en portarretratos de objetos como relojes de bolsillo o camafeos de cierre.


Los cuellos de las camisas de caballeros no llevan pliegue y podían ser independientes junto con los puños del resto de la prenda para facilitar su lavado. Almayso, cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana fue pionero en el arte de la fotografía y el retrato en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.


Aunque el hombre de la foto nos parezca muy jóven, debemos tener en cuenta que a finales del siglo XIX la esperanza de vida era la mitad de la que disfrutamos ahora por loque los jóvenes maduraban antes y sus obligaciones sociales y laborales también eran más precoces. La imagen se circunscribe en un ovalo de esfumato o degradado, muy típico de la época para dulcificar el perímetro de la fotografía. Este tipo de imágenes solían utilizarse para llevar en portarretratos de objetos como relojes de bolsillo o camafeos de cierre.


Los cuellos de las camisas de caballeros no llevan pliegue y podían ser independientes junto con los puños del resto de la prenda para facilitar su lavado. En la moda del momento además de la vestimenta de diario, existía la de día, más elegante para las horas diurnas, para pasear por el retiro, por ejemplo, o la de coctel, para celebraciones de alto copete y diurnas o nocturnas de chaqué o frac, entre otros atuendos.


El joven de levita luce además unas largas uñas. La levita es una prenda masculina que cubre el cuerpo hasta casi las rodillas, como un abrigo tres cuartos, pero con un corte más de chaqueta y que en la época se combinaba con un chaleco.


El hombre del retrato luce una imagen muy de la moda postromántica del que su principal figura en España puede situarse en el poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer 1836-1870. La finalidad del retrato no es solo personal, si no social y documental. Si tienes un estatus dentro de la comunidad, debías hacerte un retrato fotográfico que documentara tu posición dentro de esta, dándote un valor identificativo. No solo formaba parte del recuerdo de un momento temporal si no que servía de testimonio gráfico, definiendo de alguna manera al individuo y su entorno.


Hacerse una fotografía en el siglo XIX debía ser un acontecimiento de importancia con carácter de celebración, festividad o solemnidad, ya que implicaba el vestirse y prepararse para la ocasión, el acudir casi siempre acompañado al estudio, y el negociar el carácter del retrato, la puesta en escena, y la iluminación con el fotógrafo. EL hombre de la foto luce su bastón y sombrero, accesorios que se mantuvieron hasta finales de la década de 1960.


Y es que ese tipo de lazos ya no se usaban a finales del XIX. Almayso, cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana, fue testigo de excepción del paso de Madrid y los madrileños hacia la Modernidad. Pionero en las técnicas usadas para elaborar las fotografías, Almayso se convirtió en un destino de referencia para la sociedad madrileña, ávida por dejarse retratar como sucedía ya en otras capitales europeas.


El retratado parece muy joven. Debemos tener en cuenta que a finales del siglo XIX la esperanza de vida era la mitad de la que disfrutamos ahora por loque los jóvenes maduraban antes y sus obligaciones sociales y laborales también eran más precoces.


Finales del siglo XIX la esperanza de vida era la mitad de la que disfrutamos ahora por loque los jóvenes maduraban antes y sus obligaciones sociales y laborales también eran más precoces. Habitualmente se vestía así con motivo de alguna festividad social, religiosa, como semana santa o familiar como una comunión, cumpleaños o boda.


Hombre con gorro típico del norte de África desarrolla una atracción protagonizada con un mono africano. Dichos eventos eran típicos de la época victoriana por la originalidad y exotismo de los animales, sin tener en cuenta los avatares vitales de estos propios especímenes. Tampoco resultaba fácil para las personas que pertenecían a este gremio ejercer dicha profesión en ferias o circos al uso. Afortunadamente en nuestros días estas practicas tienden a desaparecer tras la nueva mirada de respeto y afecto al reino animal.


Pequeña luce un lacito con una mirada que revela la poca satisfacción que le produce el momento del retrato. Podemos ver el retoque fotográfico realizado en el aura que rodea su imagen y el retoque en las manos. Este Photoshop de la época se realizaba directamente sobre la placa de emulsión de la foto mediante raspado, lijado, adherido de tramas o pintado a mano. Hacia 1855 La placa de vidrio sucede al daguerrotipo como soporte fotográfico más eficaz sobre el que se realizaron la captura de la imagen por medio de una emulsión de colodión húmedo en dicho vidrio al reaccionar con la luz. Almayso fue pionero en las técnicas usadas para elaborar las fotografías y se convirtió en un destino de referencia para la sociedad madrileña.


Magnifica imagen de una procesión religiosa de una virgen en un entorno rural escoltada con una banda de música y la guardia civil con el tricornio de entonces. El tricornio aparece prácticamente al mismo tiempo que la fundación de la guardia civil en 1859 por el Duque de Ahumada. Estaba diseñado para la caballería, pero acabo extendiéndose a la infantería. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


Los niños de la familia, posan con Almayso en el huerto frutal detrás de la casa en la que se hospedan. El campo y la sierra madrileña era un lugar de desconexión en fin de semana o en los largos periodos estivales de verano. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


Joven con bigote, posa con su uniforme de cadete de la Real academia de infantería sujetando el sable con sus guantes blancos. De color azul marino, con cuello y puños rojos y botonera dorada, con pantalón rojo y banda lateral azul marino el bordado del cuello era una corona y una cornetilla dorada. La finalidad del retrato no es solo personal, si no social y documental. Si tienes un estatus dentro de la comunidad, debías hacerte un retrato fotográfico que documentara tu posición dentro de esta, dándote un valor identificativo. No solo formaba parte del recuerdo de un momento temporal si no que servía de testimonio gráfico, definiendo de alguna manera al individuo y su entorno.


Este hombre posa en el camino del jardín. El campo y la sierra madrileña, era un lugar de desconexión en fin de semana o en los largos periodos estivales de verano. Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante.


En esta simpática imagen estival, vemos a dos pequeñas acompañando a una mujer sentada en una butaca de mimbre en el jardín de la casa solariega. El campo y la sierra madrileña, era un lugar de desconexión en fin de semana o en los largos periodos vacacionales de verano. Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante.


Pequeño posa junto a un murete, vestido de grumete con una gorra con bordado de barco de vela. Este atuendo era muy común en la moda del siglo XIX, vestir a los niños de marineros o militares y dicha costumbre se ampliaba a celebraciones como la primera comunión o como ropa festiva de día.


Bonita imagen familiar que nos define la moda y costumbres de la época. Hacerse una fotografía en el siglo XIX debía ser un acontecimiento de importancia con carácter de celebración, festividad o solemnidad, ya que implicaba el vestirse y prepararse para la ocasión, el acudir casi siempre acompañado al estudio, y el negociar el carácter del retrato, la puesta en escena, y la iluminación con el fotógrafo. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


Mujer de enérgico gesto luce un broche de herradura. Retrato datado en 1887. El fondo fotográfico Almayso es uno de los más extensos que se conservan actualmente en el inicio de la fotografía en el siglo XIX y posteriormente, para toda Europa, tanto en la disciplina del retrato, el paisaje o la imagen costumbrista.


Simpático bebé es retratado sobre un cojín con tela de damasco. El retratar a los bebés sin ropa se debía a varias razones, la pureza de la infancia, mostraba su vulnerabilidad y la manifestación de la naturaleza humana en su estado más puro, idealizando la infancia como una etapa idílica. Fotografía perteneciente al fondo histórico del archivo Mahou-San Miguel, que posee casi 5000 imágenes de sociedad del siglo XIX y principios de XX.


La joven de la imagen luce un bonito vestido con un corse ceñido a la cintura con tres lazos. A partir de 1910 hay un periodo de transición para cambiar la silueta e ir abandonado el corsé usado durante todo el siglo XIX. Habitualmente se vestía así con motivo de alguna festividad social o familiar como una comunión, cumpleaños o boda.