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Este idilico y romántico retrato nos muestra a una señora con sus tres hijos, vestidos con colores oscuros y una de las niñas mostrando orgullosa su muñeca. Las muñecas en el siglo XIX podían tener cabeza de porcelana, convirtiéndose en piezas de gran valor. Las muñecas francesas eran las más cotizadas por su complejidad y los vestidos que marcaban estilo en la moda del momento. Figuras muy elaboradas con vestidos de gran calidad convertían estos objetos en herencias que pasaban de padres a hijos. Se popularizaron a finales del XIX en madera o papel maché. Aunque la muñeca más popular en España no llegaría hasta 1938 con la fabricación en serie de Mariquita Pérez, que marcaría a una generación entera como uno de sus emblemás.


Y aunque el titulo parezca que se refiere a tres infantes jugando con un caballito de madera, la realidad es que son tres hombretones participando en una humoristica escena teatralizada en el estudio de Almayso. Desde finales del ultimo decenio del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX en Madrid las celebraciones de carnaval se caracterizaban con el lucimiento y concurso de las carrozas y gente disfrazada para la ocasión, quizás es el caso. Al igual que la fotografía, lo que antes era algo exclusivo de las clases altas en el caso del retrato, con el carnaval y las fiestas de o bailes de carnaval, la celebración se popularizó.


Curiosa imagen de una familia en la que dos de sus componentes varones posan con un rifle y una escopeta con Almayso en el centro mirando su reloj, y es que para mejorar la exposición de la foto a veces era mejor mantenerse quietos un ratito. El fondo fotográfico Almayso es uno de los más extensos que se conservan actualmente en el inicio de la fotografía en el siglo XIX y posteriormente, para toda Europa, tanto en la disciplina del retrato, el paisaje o la imagen costumbrista.


Retrato de tres hermanos mayores junto a su progenitor que posa sentado con la pequeña de la familia vestida de blanco. Uno de ellos vestido de jinete con las botas con espuelas para equitación. Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante.


Este señor con uniforme de guardia portando su sable y arma reglamentaria posa orgulloso junto a su esposa y dos hijas. Claramente con su uniforme de gala para una celebración especial. Hacerse una fotografía en el siglo XIX debía ser un acontecimiento de importancia con carácter de celebración, festividad o solemnidad, ya que implicaba el vestirse y prepararse para la ocasión, el acudir casi siempre acompañado al estudio, y el negociar el carácter del retrato, la puesta en escena, y la iluminación con el fotógrafo.


Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante. En este caso la imagen la protagoniza estos feliices padres con su pequeña en el centro.


Las pequeñas lucen sus disfraces de zíngaras en las escaleras de la casa de veraneo y es que había mucho tiempo para pasarlo en jugar y disfrazarse. A veces para divertirse participaban en este tipo de juegos como pasatiempo. Antes prescindían de toda la tecnología actual y solo aparecerían los gramófonos para escuchar música a partir de 1899 y la primera emisión de radio Ibérica en España no se realizó hasta 1924. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


Simpática imagen de dos pequeños disfrazados, vestidos así para una fecha especial, por la fecha de la foto seguro que hay una fiesta de carnaval. ¿El pequeño llevara peluca?. Desde finales del ultimo decenio del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX en Madrid las celebraciones de carnaval se caracterizaban con el lucimiento y concurso de las carrozas decoradas libremente para la ocasión por sus promotores, en el Paseo de la Castellana. Al igual que la fotografía, lo que antes era algo exclusivo de las clases altas en el caso del retrato, con el carnaval y las fiestas de o bailes de carnaval, la celebración se popularizó.


Niños disfrazados de novios posan escenificando la escena en el estudio de Almayso. Desde finales del ultimo decenio del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX en Madrid las celebraciones de carnaval se caracterizaban con el lucimiento y concurso de las carrozas decoradas libremente para la ocasión por sus promotores, en el Paseo de la Castellana. Al igual que la fotografía, lo que antes era algo exclusivo de las clases altas en el caso del retrato, con el carnaval y las fiestas de o bailes de carnaval, la celebración se popularizó.


La fotografía de retrato nace en el siglo XIX continuando la labor artística de los pintores retratistas de la época, avalada por siglos de historia. Con la fotografía, el retrato se socializa, y aunque no deja de ser costoso, no lo es tanto como contratar a un pintor. Primero la usaron las familias con una posición económica acomodada, popularizándose posteriormente. En este caso vemos a este señor de gesto serio retratado en el estudio de Almayso.


Finales del siglo XIX fue desastroso para España en el ámbito geopolítico debido a la perdida de sus últimás colonias en Asia y Latinoamérica, con Cuba y Filipinas en 1898 en la guerra hispano-estadounidense. También pierde Puerto Rico, aunque España mantiene su soberanía hasta 1899 y Guam e islas Marianas también son cedidas a Estados Unidos. Esto supuso el retorno de expatriados que emigraron en su momento en busca de riquezas y prosperidad denominados en el siglo de oro indianos por su venida de las indias sudamericanas y que en este caso trajeron un capital considerable muy importante para la entonces deteriorada economía española.


Hombre con frac y pantalon a rayas posa en escorzo para Almayso. En la moda del momento además de la vestimenta de diario, existía la de día, más elegante para las horas diurnas, para pasear por el retiro por ejemplo, o la de cocktail, para celebraciones de alto copete y diurnas o nocturnas de chaqué o frac, entre otros atuendos. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


El hombre de la foto luce un curioso flequillo y una bonita cadena de reloj de bolsillo. Habitualmente se vestía así con motivo de alguna festividad social, religiosa, como semana santa o familiar como una comunión, cumpleaños o boda. Fotografía perteneciente al fondo histórico del archivo Mahou-San Miguel, que posee casi 5000 imágenes de sociedad del siglo XIX y principios de XX.


Imagen de la foto ya realizada y positivada anteriormente de un hombre con barba y trajeado. Hacia 1855 La placa de vidrio sucede al daguerrotipo como soporte fotográfico más eficaz sobre el que se realizaron la captura de la imagen por medio de una emulsión de colodión húmedo en dicho vidrio al reaccionar con la luz. Almayso fué pionero en las técnicas usadas para elaborar las fotografías y se convirtió en un destino de referencia para la sociedad madrileña.


El hombre de la foto luce un hermoso bigote. Existían muchos tipos, el natural, sin artificios, bigote inglés con puntas hacia afuera, imperial, pequeño tupido con las puntas en rizo hacia arriba, húngaro, más grande y estilo libre o Friendly Mutton Chops que une las patillas por el bigote. Fotografía perteneciente al fondo histórico del archivo Mahou-San Miguel, que posee casi 5000 imágenes de sociedad del siglo XIX y principios de XX.


El joven posa con una mano en la cerca en una escena que intenta dar un carácter informal y natural. Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante.


La técnica del ovalo esfumato resaltaba la figura del fondo de una forma delicada y elegante, imitando los retratos pintados de épocas anteriores con fondos oscuros y esfumato, que así se llamaba a la técnica de degradado tonal. También el soporte en el que se iba a llevar definía la forma. Este tipo de imágenes solían utilizarse para llevar en portarretratos de objetos como relojes de bolsillo o camafeos de cierre.


El hombre de la fotografía luce una lira en el alfiler de la corbata, a lo mejor es músico. También un gran pañuelo con la palabra "recuerdo" quizas de su prometida, quién sabe. Habitualmente se vestía así con motivo de alguna festividad social, religiosa, como semana santa o familiar como una comunión, cumpleaños o boda. Fotografía perteneciente al fondo histórico del archivo Mahou-San Miguel, que posee casi 5000 imágenes de sociedad del siglo XIX y principios de XX.


Existían muchos tipos de bigote, el natural, sin artificios, bigote inglés con puntas hacia afuera, imperial, pequeño tupido con las puntas en rizo hacia arriba, húngaro, más grande y estilo libre o Friendly Mutton Chops que une las patillas por el bigote. Fotografía perteneciente al fondo histórico del archivo Mahou-San Miguel, que posee casi 5000 imágenes de sociedad del siglo XIX y principios de XX.


Y es que para los ferreos formalismos de todo tipo de la época, incluida la vestimenta, este señor utiliza una ropa poco común. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


El señor viste un uniforme, posiblemente de servicio de alguna institutción. Hacerse una fotografía en el siglo XIX debía ser un acontecimiento de importancia con carácter de celebración, festividad o solemnidad, ya que implicaba el vestirse y prepararse para la ocasión, el acudir casi siempre acompañado al estudio, y el negociar el carácter del retrato, la puesta en escena, y la iluminación con el fotógrafo.


A finales del XIX y comienzos del XX empieza a popularizarse el traje chaqueta combinado con un chaleco y pantalones a juego que se va popularizando entre la burguesía madrileña con corbata blanca o negra y un sombrero, bombín o chistera también llamado de copa. y este joven cumple todo el canon de la moda del momento.


Finales del siglo XIX fue desastroso para España en el ámbito geopolítico debido a la perdida de sus últimás colonias en Asia y Latinoamérica, con Cuba y Filipinas en 1898 en la guerra hispano-estadounidense. También pierde Puerto Rico, aunque España mantiene su soberanía hasta 1899 y Guam e islas Marianas también son cedidas a Estados Unidos. El cadete posa sentado luciendo orgulloso su uniforme y es que habia que ser muy valiente y tener mucha vocación para hacerse militar en semejante momento histórico aunque también pesaba la tradición familiar militar.


Existen diferentes planos de retrato, el general presenta por completo a los retratados, el americano de rodillas para arriba, el medio presenta el torso y acerca al individuo, haciéndolo más personal e identificativo, el medio corto como el busto en la escultura y el primer plano que retrata la cara.


Interesante imagen en la que podemos ver parte del toldo difusor de luz y el final del forillo del estudio fotográfico. Los fotógrafos solían tener en sus estudios de retrato recursos escénicos y de attrezzo para dar variedad en las posibilidades del retrato. Como fondo diversos murales impresos en tela o papel, para escenografía, elementos como rocas, balaustres, pequeños puentes o columnas y de attrezzo, libros, revistas, vajillas alfombras y otros objetos. También contaban con un pequeño fondo de vestuario o contacto de alquiler de este, sobre todo para las personas con menos recursos, que querían retratarse a la moda.