ALMAYSO
Alfredo Mahou Solana, hijo de Casimiro Mahou y Brígida Solana, fue uno de los fundadores de la compañía junto a sus hermanos. Su interés por los avances técnicos del S.XIX le impulsó a colaborar en la Fundación de la Real Sociedad Fotográfica de Madrid, creando su propio estudio en la propia fábrica de Amaniel 19 llamado ALMAYSO. El fondo por volumen es uno de los más grandes de Europa y en esta colección compartimos algunos de los negativos en placa de vidrio que conservamos. Una colección de instantáneas que recogen una visión muy peculiar de la época. Descúbrelo y ponte las gafas del pasado.
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- Retrato de mujer con trenza recogida en moño luce un colgante de estrella de ocho puntas. Estaba muy de moda llevar el pelo recogido con una trenza enrollada sobre la cabeza a modo de copete, coronado con un broche o aguja de pelo. El fondo fotográfico Almayso es uno de los más extensos que se conservan actualmente en el inicio de la fotografía en el siglo XIX y posteriormente, para toda Europa, tanto en la disciplina del retrato, el paisaje o la imagen costumbrista.
- Genuina imagen de una familia empresaria madrileña en la que vemos a la matriarca sentada, rodeada de sus tres hijos y dos hijas con sus respectivas parejas y nietos. Tres generaciones reuidas para la ocasión. Los fotógrafos solían tener en sus estudios de retrato recursos escénicos y de attrezzo para dar variedad en las posibilidades del retrato. Como fondo diversos murales impresos en tela o papel, para escenografía, elementos como rocas, balaustres, pequeños puentes o columnas y de attrezzo, libros, revistas, vajillas alfombras y otros objetos.
- La fotografía de retrato nace en el siglo XIX continuando la labor artística de los pintores retratistas de la época, avalada por siglos de historia. Con la fotografía, el retrato se socializa, y aunque no deja de ser costoso, no lo es tanto como contratar a un pintor. Primero la usaron las familias con una posición económica acomodada, popularizándose posteriormente. Podemos apreciar el caracter familiar de estafoto con los padres junto a sus dos pequeñas, una sujetando celosamente su pelota.
- En el viejo Madrid del siglo XIX era costumbre en una festividad o cumpleaños que el niño o el bebé se retratara con su cuidadora. El bautizo era una celebración familiar, social y religiosa de importancia, donde los padres y el padrino confirmaban su fe y compromiso de educación del crio en la fé católica.
- Magnífica escena simulada en el estudio de Almayso, donde 4 amigos toman una copa en una mesita de jardín, uno de ellos ataviado con uniforme de capitán de la corona a deducir por sus hombreras. La puesta en escena aunque desenfadada esta cuidadosamente montada y también la escenografía que era importante. Almáso se cuidó de tener una gama de fondos en papel pintado con diferentes motivos, como el interior de un salon, la naturaleza de un parque romantico o un paisaje marítimo. Hacerse una fotografía en el siglo XIX debía ser un acontecimiento de importancia con carácter de celebración, festividad o solemnidad, ya que implicaba el vestirse y prepararse para la ocasión, el acudir casi siempre acompañado al estudio, y el negociar el carácter del retrato, la puesta en escena, y la iluminación con el fotógrafo.
- Estas pequeñas posan junto a su madre luciendo elegantes vestidos de cocktail, ellas con llamativos colores, botines y su progenitora luciendo un corsé de cuello abierto, lazos y gargantilla. En la moda del momento además de la vestimenta de diario, existía la de día, más elegante para las horas diurnas, para pasear por el retiro por ejemplo, o la de cocktail, para celebraciones de chaqué, de alto copete y diurnas o nocturnas, entre otros atuendos.
- Los tres amigos posan desenfadados en un retrato realizado por Almayso en su estudio de Madrid. Almayso, cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana, fue testigo de excepción del paso de Madrid y los madrileños hacia la Modernidad. Pionero en las técnicas usadas para elaborar las fotografías, Almayso se convirtió en un destino de referencia para la sociedad madrileña, ávida por dejarse retratar como sucedía ya en otras capitales europeas.
- Estos jóvenes posan con un habito similar al de unos monjes, quizás porque pertenecen a una congregación religiosa católica o se retratan en su paso del noviciado al sacerdocio. Fotografía perteneciente al fondo histórico del archivo Mahou-San Miguel, que posee casi 5000 imágenes de sociedad del siglo XIX y principios de XX.
- Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante. Con la fotografía, el retrato se socializa, y aunque no deja de ser costoso, no lo es tanto como contratar a un pintor. Primero la usaron las familias con una posición económica acomodada, popularizándose posteriormente. Existen diferentes planos de retrato, el general presenta por completo a los retratados, el americano de rodillas para arriba, el medio presenta el torso y acerca al individuo, haciéndolo más personal e identificativo, el medio corto como el busto en la escultura y el primer plano que retrata la cara.
- Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante. En este caso vemos a este señor de gesto serio retratado en el estudio de Almayso. Existían muchos tipos de bigote, el natural, sin artificios, bigote inglés con puntas hacia afuera, imperial, pequeño tupido con las puntas en rizo hacia arriba, húngaro, más grande y estilo libre o Friendly Mutton chops que une las patillas por el bigote.
- Simpática fotografia de tres pequeños hermanos posando cada uno mirando a un lado como si para ellos no fuera la cosa. Almayso, cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana, fue testigo de excepción del paso de Madrid y los madrileños hacia la Modernidad. Pionero en las técnicas usadas para elaborar las fotografías, Almayso se convirtió en un destino de referencia para la sociedad madrileña, ávida por dejarse retratar como sucedía ya en otras capitales europeas.
- Existían muchos tipos de bigote, el natural, sin artificios, bigote inglés con puntas hacia afuera, imperial, pequeño tupido con las puntas en rizo hacia arriba, húngaro, más grande y estilo libre o Friendly Mutton Chops que une las patillas por el bigote. Este señor luce un magnifico bigote con puntas rizadas así que ya sabemos como se llama. Habitualmente se vestía así con motivo de alguna festividad social, religiosa, como semana santa o familiar como una comunión, cumpleaños o boda. Almayso, cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana fue pionero en el arte de la fotografía y el retrato en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.
- Hacerse una fotografía en el siglo XIX debía ser un acontecimiento de importancia con carácter de celebración, festividad o solemnidad, ya que implicaba el vestirse y prepararse para la ocasión, el acudir casi siempre acompañado al estudio, y el negociar el carácter del retrato, la puesta en escena, y la iluminación con el fotógrafo. Este señor luce un discreto lazo oscuro mientras es retratado por Almayso.
- El hombre de la foto luce un curioso flequillo y raya a un lado con un alfiler de curioso emblema, aunque la cámara de grabación de movimiento no se creó hasta 1923 por el ruso Vladimir Kozmich. Habitualmente se vestía así con motivo de alguna festividad social, religiosa, como semana santa o familiar como una comunión, cumpleaños o boda.
- Llevar largas patillas podía ser una declaración de gran conservadurismo y se origina en la época victoriana. Si se juntaban en la barbilla ya sería una barba al estilo de Abraham Lincoln. Almayso, cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana, fue testigo de excepción del paso de Madrid y los madrileños hacia la Modernidad. Pionero en las técnicas usadas para elaborar las fotografías, Almayso se convirtió en un destino de referencia para la sociedad madrileña, ávida por dejarse retratar como sucedía ya en otras capitales europeas.
- Aunque nos parezca muy joven el protagonista de la imagen, debemos tener en cuenta que a finales del siglo XIX la esperanza de vida era la mitad de la que disfrutamos ahora por loque los jóvenes maduraban antes y sus obligaciones sociales y laborales también eran más precoces. El bombín se diseñó en origen para los guardabosques ingleses que necesitaba algo más bajo que el alto sombrero de copa en su labor de búsqueda de cazadores furtivos, en 1850. Se popularizo como sombrero de caza y competiciones a caballo y posteriormente se extendió a los hombres de negocios.
- La mano en el borde de la levita era un claro signo de la másonería. Esta es una institución fraternal originaria de los constructores y albañiles de la edad media, de ahí la escuadra y el compás de su emblema. Sus inquietudes son filosóficas y de conocimiento en las artes y las ciencias con una búsqueda continua de la verdad. La finalidad del retrato no es solo personal, si no social y documental. Si tienes un estatus dentro de la comunidad, debías hacerte un retrato fotográfico que documentara tu posición dentro de esta, dándote un valor identificativo. No solo formaba parte del recuerdo de un momento temporal si no que servía de testimonio gráfico, definiendo de alguna manera al individuo y su entorno.
- En la moda del momento además de la vestimenta de diario, existía la de día, más elegante para las horas diurnas, para pasear por el parque del Retiro en Madrid por ejemplo, o la de cocktail, para celebraciones de alto copete y diurnas o nocturnas de chaqué o frac, entre otros atuendos. Almayso, cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana fue pionero en el arte de la fotografía y el retrato en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.
- Hacerse una fotografía en el siglo XIX debía ser un acontecimiento de importancia con carácter de celebración, festividad o solemnidad, ya que implicaba el vestirse y prepararse para la ocasión, el acudir casi siempre acompañado al estudio, y el negociar el carácter del retrato, la puesta en escena, y la iluminación con el fotógrafo.
- Existían muchos tipos de bigote, el natural, sin artificios, bigote inglés con puntas hacia afuera, imperial, pequeño tupido con las puntas en rizo hacia arriba, húngaro, más grande y estilo libre o Friendly Mutton Chops que une las patillas por el bigote. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.
- El pequeño de la foto lleva un tipico traje de recreo o de día de corte marinero y que solo los acomodados podían costearse. Posa sentado en unas rocas de atrezo. Los fotógrafos solían tener en sus estudios de retrato recursos escénicos y de attrezzo para dar variedad en las posibilidades del retrato. Como fondo diversos murales impresos en tela o papel, para escenografía, elementos como rocas, balaustres, pequeños puentes o columnas y de attrezzo, libros, revistas, vajillas alfombras y otros objetos
- Habitualmente se vestía así con motivo de alguna festividad social, religiosa, como semana santa o familiar como una comunión, cumpleaños o boda. Este señor de bigote y con camisa de cuello rigido, posa sentado con levita y un puntiagudo bigote para la foto en el estudio de Almayso cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana fue pionero en el arte de la fotografía y el retrato en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.
- La finalidad del retrato no es solo personal, si no social y documental. Si tienes un estatus dentro de la comunidad, debías hacerte un retrato fotográfico que documentara tu posición dentro de esta, dándote un valor identificativo. No solo formaba parte del recuerdo de un momento temporal si no que servía de testimonio gráfico, definiendo de alguna manera al individuo y su entorno. Dicha imagen se circunscribe en un ovalo de esfumato o degradado, muy típico de la época para dulcificar el perímetro de la fotografía. Este tipo de imágenes solían utilizarse para llevar en portarretratos de objetos como relojes de bolsillo o camafeos de cierre.
- Y es que la cadenita de reloj que lleva tiene un pequeño broche con herradura y la silueta de la cabeza de un caballo. Almayso, cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana, fue testigo de excepción del paso de Madrid y los madrileños hacia la Modernidad. Pionero en las técnicas usadas para elaborar las fotografías, Almayso se convirtió en un destino de referencia para la sociedad madrileña, ávida por dejarse retratar como sucedía ya en otras capitales europeas.
- Habitualmente se vestía así con motivo de alguna festividad social, religiosa, como semana santa o familiar como una comunión, cumpleaños o boda. Este señor de barba y con camisa de cuello rigido, posa sentado con levita para la foto en el estudio de Almayso cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana fue pionero en el arte de la fotografía y el retrato en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.