ALMAYSO

Alfredo Mahou Solana, hijo de Casimiro Mahou y Brígida Solana, fue uno de los fundadores de la compañía junto a sus hermanos. Su interés por los avances técnicos del S.XIX le impulsó a colaborar en la Fundación de la Real Sociedad Fotográfica de Madrid, creando su propio estudio en la propia fábrica de Amaniel 19 llamado ALMAYSO. El fondo por volumen es uno de los más grandes de Europa y en esta colección compartimos algunos de los negativos en placa de vidrio que conservamos. Una colección de instantáneas que recogen una visión muy peculiar de la época. Descúbrelo y ponte las gafas del pasado.

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Fotografía de un grupo de caballeros pertenecientes a alguna asociación en el estudio de Almayso. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


Entrañable foto de una familia al aire libre con tres generaciones reunidas. Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante.


Postal promocional con imagen de las calderas de cocción de la fábrica de cerveza Mahou. Gracias a la contratación del maestro cervecero alemán Stauffer y los contactos con empresas de maquinaria para la fabricación de cerveza de este país, Mahou adquirió la maquinaria más moderna e innovadora del momento. La primera fábrica de Mahou, en Amaniel 29, era mucho más que un espacio de producción de cerveza. Se convirtió en hervidero de creatividad, intercambio de ideas y de nuevas tendencias. Allí convivían multitud de negocios y actividades además de la fabricación de cerveza. Junto a Almayso, Amaniel 29 ofreció representaciones teatrales y otras opciones de ocio, una botica y un despacho de pinturas y óleos.


Imagen de un médico o dentista y asistente, en su despacho de cirugía. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


Imagen de una calle de Madrid en el año 1900 con los rieles del tranvía. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


Imagen de una calle de Madrid en el año 1900 con los rieles del tranvía. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


Impresionante fotografía del Palacio de Cibeles, antiguo edificio de correos o palacio de comunicaciones, construido por los arquitectos Antonio Palacios y Joaquín Otamendi en parte de un solar del parque del Buen Retiro. Su construcción duró 12 años y se terminó en 1919. Supero en tamaño al edificio de comunicaciones de Chicago. Actualmente es el Ayuntamiento de Madrid desde 2012. El fondo fotográfico Almayso es uno de los más extensos que se conservan actualmente en el inicio de la fotografía en el siglo XIX y posteriormente, para toda Europa, tanto en la disciplina del retrato el paisaje o la imagen costumbrista.


Entrañable imagen de dos niñas una rubia y otra morena, ambas con lazo blanco en el pelo, a juego con sus vestidos con encajes. Se encuentran en un jardín. El campo y la sierra madrileña, era un lugar de desconexión en fin de semana o en los largos periodos estivales de verano. Fotografía perteneciente al fondo histórico del archivo Mahou-San Miguel, que posee casi 5000 imágenes de sociedad del siglo XIX y principios de XX.


Mujer con curioso sombrero. Estos iban adornados dependiendo de su condición social, con telas plumás o motivos florales combinados con su ropa de día. El fondo fotográfico Almayso es uno de los más extensos que se conservan actualmente en el inicio de la fotografía en el siglo XIX y posteriormente, para toda Europa, tanto en la disciplina del retrato el paisaje o la imagen costumbrista.


Retrato de niño pequeño sentado en una silla con chaquetilla y chaleco de terciopelo. El fondo fotográfico Almayso es uno de los más extensos que se conservan actualmente en el inicio de la fotografía en el siglo XIX y posteriormente, para toda Europa, tanto en la disciplina del retrato el paisaje o la imagen costumbrista.


Simpático bebé vestido de blanco con sombrerito bordado de tull, sentado en un cojín. Fotografía perteneciente al fondo histórico del archivo Mahou-San Miguel, que posee casi 5000 imágenes de sociedad del siglo XIX y principios de XX.


Simpático retrato de niña pequeña sobre cojín adamáscado, con un sombrero de papel de periódico , El imparcial. Dicho periódico de corte liberal se fundo en 1867 por Eduardo Gasset y Artime y su ultima publicación se realizó en 1933. Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante.


Retrato de niña con vestido y cuello y pechera bordado. Con pulseras y añillo. Datada en febrero 1888. Almayso, cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana, fue testigo de excepción del paso de Madrid y los madrileños a en pleno paso hacia la Modernidad. Pionero en las técnicas usadas para elaborar las fotografías, Almayso se convirtió en un destino de referencia para la sociedad madrileña, ávida por dejarse retratar como sucedía ya en otras capitales europeas.


Señora con pelo recogido luce un broche con imagen de un caballo y un vestido al más típico estilo victoriano del siglo XIX. Dicha imagen se circunscribe en un ovalo de esfumato o degradado, muy típico de la época para dulcificar el perímetro de la fotografía. Este tipo de imágenes solían utilizarse para llevar en portarretratos de objetos como relojes de bolsillo o camafeos de cierre.


Mujer de gesto serio con pelo recogido, luce un broche con forma de luna y un vestido al más típico estilo victoriano del siglo XIX. Dicha imagen se circunscribe en un ovalo, en este caso con un inusual fondo oscuro, de esfumato o degradado muy típico de la época para dulcificar el perímetro de la fotografía. Este tipo de imágenes solían utilizarse para llevar en portarretratos de objetos como relojes de bolsillo o camafeos de cierre.


El joven posa elegantemente trajeado, para Almayso. Quizás para una ocasión especial. Existen diferentes planos de retrato, el general presenta por completo a los retratados, el americano de rodillas para arriba, el medio presenta el torso y acerca al individuo, haciéndolo más personal e identificativo, el medio corto como el busto en la escultura y el primer plano que retrata la cara.


Retrato en el estudio de Almayso de mujer vestida de oscuro con abanico, apoyada en una pilastra ficticia. Los fotógrafos solían tener en sus estudios de retrato recursos escénicos y de attrezzo para dar variedad en las posibilidades del retrato. Como fondo diversos murales impresos en tela o papel, para escenografía, elementos como rocas, balaustres, pequeños puentes o columnas y de attrezzo, libros, revistas, vajillas alfombras y otros objetos.


Elegante mujer posa de medio lado o escorzo con un alto sombrero y un vestido con bordados. Los sombreros altos eran adornados dependiendo de la condición social, con telas plumas o motivos florales combinados con su ropa de día. La finalidad del retrato no es solo personal, si no social y documental. Si tienes un estatus dentro de la comunidad, debías hacerte un retrato fotográfico que documentara tu posición dentro de esta, dándote un valor identificativo. No solo formaba parte del recuerdo de un momento temporal si no que servía de testimonio gráfico, definiendo de alguna manera al individuo y su entorno.


Retrato de mujer con guantes de cuero y moño luce vestido oscuro al modo de amazona de la época. Estaba muy de moda llevar el pelo recogido con una trenza enrollada sobre la cabeza a modo de copete, coronado con un broche o aguja de pelo. El fondo fotográfico Almayso es uno de los más extensos que se conservan actualmente en el inicio de la fotografía en el siglo XIX y posteriormente, para toda Europa, tanto en la disciplina del retrato, el paisaje o la imagen costumbrista.


Retrato de mujer con trenza recogida en moño luce un colgante de estrella de ocho puntas. Estaba muy de moda llevar el pelo recogido con una trenza enrollada sobre la cabeza a modo de copete, coronado con un broche o aguja de pelo. El fondo fotográfico Almayso es uno de los más extensos que se conservan actualmente en el inicio de la fotografía en el siglo XIX y posteriormente, para toda Europa, tanto en la disciplina del retrato, el paisaje o la imagen costumbrista.


Genuina imagen de una familia empresaria madrileña en la que vemos a la matriarca sentada, rodeada de sus tres hijos y dos hijas con sus respectivas parejas y nietos. Tres generaciones reuidas para la ocasión. Los fotógrafos solían tener en sus estudios de retrato recursos escénicos y de attrezzo para dar variedad en las posibilidades del retrato. Como fondo diversos murales impresos en tela o papel, para escenografía, elementos como rocas, balaustres, pequeños puentes o columnas y de attrezzo, libros, revistas, vajillas alfombras y otros objetos.


La fotografía de retrato nace en el siglo XIX continuando la labor artística de los pintores retratistas de la época, avalada por siglos de historia. Con la fotografía, el retrato se socializa, y aunque no deja de ser costoso, no lo es tanto como contratar a un pintor. Primero la usaron las familias con una posición económica acomodada, popularizándose posteriormente. Podemos apreciar el caracter familiar de estafoto con los padres junto a sus dos pequeñas, una sujetando celosamente su pelota.


En el viejo Madrid del siglo XIX era costumbre en una festividad o cumpleaños que el niño o el bebé se retratara con su cuidadora. El bautizo era una celebración familiar, social y religiosa de importancia, donde los padres y el padrino confirmaban su fe y compromiso de educación del crio en la fé católica.


Magnífica escena simulada en el estudio de Almayso, donde 4 amigos toman una copa en una mesita de jardín, uno de ellos ataviado con uniforme de capitán de la corona a deducir por sus hombreras. La puesta en escena aunque desenfadada esta cuidadosamente montada y también la escenografía que era importante. Almáso se cuidó de tener una gama de fondos en papel pintado con diferentes motivos, como el interior de un salon, la naturaleza de un parque romantico o un paisaje marítimo. Hacerse una fotografía en el siglo XIX debía ser un acontecimiento de importancia con carácter de celebración, festividad o solemnidad, ya que implicaba el vestirse y prepararse para la ocasión, el acudir casi siempre acompañado al estudio, y el negociar el carácter del retrato, la puesta en escena, y la iluminación con el fotógrafo.


Estas pequeñas posan junto a su madre luciendo elegantes vestidos de cocktail, ellas con llamativos colores, botines y su progenitora luciendo un corsé de cuello abierto, lazos y gargantilla. En la moda del momento además de la vestimenta de diario, existía la de día, más elegante para las horas diurnas, para pasear por el retiro por ejemplo, o la de cocktail, para celebraciones de chaqué, de alto copete y diurnas o nocturnas, entre otros atuendos.