ALMAYSO

Alfredo Mahou Solana, hijo de Casimiro Mahou y Brígida Solana, fue uno de los fundadores de la compañía junto a sus hermanos. Su interés por los avances técnicos del S.XIX le impulsó a colaborar en la Fundación de la Real Sociedad Fotográfica de Madrid, creando su propio estudio en la propia fábrica de Amaniel 19 llamado ALMAYSO. El fondo por volumen es uno de los más grandes de Europa y en esta colección compartimos algunos de los negativos en placa de vidrio que conservamos. Una colección de instantáneas que recogen una visión muy peculiar de la época. Descúbrelo y ponte las gafas del pasado.

Mostrando 76 - 100 de 870 Registros

Elegante familia se retratata en el estudio Almayso. La finalidad del retrato no es solo personal, si no social y documental. Si tienes un estatus dentro de la comunidad, debías hacerte un retrato fotográfico que documentara tu posición dentro de esta, dándote un valor identificativo. No solo formaba parte del recuerdo de un momento temporal si no que servía de testimonio gráfico, definiendo de alguna manera al individuo y su entorno. Los sombreros altos eran adornados dependiendo de la condición social, con telas plumás o motivos florales combinados con su ropa de día. Este atuendo era muy común en la moda del siglo XIX, vestir a los niños de marineros o militares y dicha costumbre se ampliaba a celebraciones como la primera comunión o como ropa festiva de día.


Era comun que las familias acomodadas tubieran muchos hijos, en este caso la progenitora posa con sus ocho hijos mientras mira cariñosamente a una de sus niñas. Los sombreros altos eran adornados dependiendo de la condición social, con telas plumás o motivos florales combinados con su ropa de día.


Recreación de un momento mundano de estas seis señoritas recreando una escena costumbrista que representa algunos quehaceres de la mujer de buena posición en su dia a dia, como era el leer, bordar o charlar amistosamente alrededor de una mesa. Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante.


Finales del siglo XIX fue desastroso para España en el ámbito geopolítico debido a la perdida de sus últimás colonias en Asia y Latinoamérica, con Cuba y Filipinas en 1898 en la guerra hispano-estadounidense. También pierde Puerto Rico, aunque España mantiene su soberanía hasta 1899 y Guam e islas Marianas también son cedidas a Estados Unidos. Esto supuso el retorno de muchos españoles que vivian en ellas y que reunieron un importante capital que trajeron a la peninsula. Los sombreros altos eran adornados dependiendo de la condición social, con telas plumás o motivos florales combinados con su ropa de día.


Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante. En este caso la imagen la protagoniza una madre que posa serena junto a su hijo. El retratar a los bebés sin ropa se debía a varias razones, la pureza de la infancia, mostraba su vulnerabilidad y la manifestación de la naturaleza humana en su estado más puro, idealizando la infancia como una etapa idílica.


En la moda del momento además de la vestimenta de diario, existía la de día, más elegante para las horas diurnas, para pasear por el Retiro por ejemplo, o la de cocktail, para celebraciones de chaqué, de alto copete y diurnas o nocturnas, entre otros atuendos. El bombín se diseñó en origen para los guardabosques ingleses que necesitaba algo más bajo que el alto sombrero de copa en su labor de búsqueda de cazadores furtivos, en 1850. Se popularizo como sombrero de caza y competiciones a caballo y posteriormente se extendió a los hombres de negocios.


Entrañable imagen de una familia con su hija entre sus padres con un simpático flequillo y un gesto de asombro. Parecen muy unidos. Existen diferentes planos de retrato, el general presenta por completo a los retratados, el americano de rodillas para arriba, el medio presenta el torso y acerca al individuo, haciéndolo más personal e identificativo, el medio corto como el busto en la escultura y el primer plano que retrata la cara.


Simpática imagen de dos pequeños con trajes regionales, seguro que hay una fiesta de carnaval. Desde finales del ultimo decenio del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX en Madrid las celebraciones de carnaval se caracterizaban con el lucimiento y concurso de las carrozas decoradas libremente para la ocasión por sus promotores, en el Paseo de la Castellana. Al igual que la fotografía, lo que antes era algo exclusivo de las clases altas en el caso del retrato, con el carnaval y las fiestas de o bailes de carnaval, la celebración se popularizó.


Imagen de la foto de otra foto ya realizada y positivada anteriormente de un joven con lazo y chaqueta a rayas. Hacia 1855 La placa de vidrio sucede al daguerrotipo como soporte fotográfico más eficaz sobre el que se realizaron la captura de la imagen por medio de una emulsión de colodión húmedo en dicho vidrio al reaccionar con la luz. Almayso fué pionero en las técnicas usadas para elaborar las fotografías y se convirtió en un destino de referencia para la sociedad madrileña.


La fotografía de retrato nace en el siglo XIX continuando la labor artística de los pintores retratistas de la época, avalada por siglos de historia. Con la fotografía, el retrato se socializa, y aunque no deja de ser costoso, no lo es tanto como contratar a un pintor. Primero la usaron las familias con una posición económica acomodada, popularizándose posteriormente. Almayso, cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana fue pionero en el arte de la fotografía y el retrato en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.


El hombre de la foto luce orgulloso con la barba Balbo, caracterizada por no unirse con las patillas del cuero cabelludo, se combina el bigote manillar y la perilla. También porta una gruesa cadena de reloj de bolsillo, muy común en la época. Existían muchos tipos de bigote, el natural, sin artificios, bigote inglés con puntas hacia afuera, imperial, pequeño tupido con las puntas en rizo hacia arriba, húngaro, más grande y estilo libre o Friendly Mutton Chops que une las patillas por el bigote. Ahora sería hipster.


El hombre de la foto posa serio en escorzo para la imagen. Existen diferentes planos de retrato, el general presenta por completo a los retratados, el americano de rodillas para arriba, el medio presenta el torso y acerca al individuo, haciéndolo más personal e identificativo, el medio corto como el busto en la escultura y el primer plano que retrata la cara.


Hombre con frac y pantalon a rayas posa en escorzo para Almayso. En la moda del momento además de la vestimenta de diario, existía la de día, más elegante para las horas diurnas, para pasear por el retiro por ejemplo, o la de cocktail, para celebraciones de alto copete y diurnas o nocturnas de chaqué o frac, entre otros atuendos. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


Habitualmente se vestía así con motivo de alguna festividad social, religiosa, como semana santa o familiar como una comunión, cumpleaños o boda. Hacerse una fotografía en el siglo XIX debía ser un acontecimiento de importancia con carácter de celebración, festividad o solemnidad, ya que implicaba el vestirse y prepararse para la ocasión, el acudir casi siempre acompañado al estudio, y el negociar el carácter del retrato, la puesta en escena, y la iluminación con el fotógrafo.


Finales del siglo XIX fue desastroso para España en el ámbito geopolítico debido a la perdida de sus últimás colonias en Asia y Latinoamérica, con Cuba y Filipinas en 1898 en la guerra hispano-estadounidense. También pierde Puerto Rico, aunque España mantiene su soberanía hasta 1899 y Guam e islas Marianas también son cedidas a Estados Unidos. El teniente posa sentado luciendo orgulloso su uniforme.


La técnica del ovalo esfumato resaltaba la figura del fondo de una forma delicada y elegante, imitando los retratos pintados de épocas anteriores con fondos oscuros y esfumato, que así se llamaba a la técnica de degradado tonal. También el soporte en el que se iba a llevar definía la forma. Este tipo de imágenes solían utilizarse para llevar en portarretratos de objetos como relojes de bolsillo o camafeos de cierre.


La fotografía de retrato nace en el siglo XIX continuando la labor artística de los pintores retratistas de la época, avalada por siglos de historia. Con la fotografía, el retrato se socializa, y aunque no deja de ser costoso, no lo es tanto como contratar a un pintor. Primero la usaron las familias con una posición económica acomodada, popularizándose posteriormente.


La mano en el borde de la levita era un claro signo de la másonería. Esta es una institución fraternal originaria de los constructores y albañiles de la edad media, de ahí la escuadra y el compas de su emblema. Sus inquietudes son filosoficas y de conocimiento en las artes y las ciencias con una busqueda continua de la verdad. La finalidad del retrato no es solo personal, si no social y documental. Si tienes un estatus dentro de la comunidad, debías hacerte un retrato fotográfico que documentara tu posición dentro de esta, dándote un valor identificativo. No solo formaba parte del recuerdo de un momento temporal si no que servía de testimonio gráfico, definiendo de alguna manera al individuo y su entorno.


El señor luce un bonito alfiler de corbata con el emblema de la másonería. Esta es una institución fraternal originaria de los constructores y albañiles de la edad media, de ahí la escuadra y el compas de su emblema. Sus inquietudes son filosoficas y de conocimiento en las artes y las ciencias con una busqueda continua de la verdad. La finalidad del retrato no es solo personal, si no social y documental. Si tienes un estatus dentro de la comunidad, debías hacerte un retrato fotográfico que documentara tu posición dentro de esta, dándote un valor identificativo. No solo formaba parte del recuerdo de un momento temporal si no que servía de testimonio gráfico, definiendo de alguna manera al individuo y su entorno.


Aunque nos parezca muy joven el protagonista de la imagen, debemos tener en cuenta que a finales del siglo XIX la esperanza de vida era la mitad de la que disfrutamos ahora por loque los jóvenes maduraban antes y sus obligaciones sociales y laborales también eran más precoces. La imagen se circunscribe en un ovalo de esfumato o degradado, muy típico de la época para dulcificar el perímetro de la fotografía. Este tipo de imágenes solían utilizarse para llevar en portarretratos de objetos como relojes de bolsillo o camafeos de cierre.


El caballero luce con elegancia un traje y su correspondiente cigarro y bastón con un bombín en la testa. Dicho sombrero se diseñó en origen para los guardabosques ingleses que necesitaba algo más bajo que el alto sombrero de copa en su labor de búsqueda de cazadores furtivos, en 1850. Se popularizo como sombrero de caza y competiciones a caballo y posteriormente se extendió a los hombres de negocios. El bastón por otra parte era un símbolo de prestigio que viene de los antiguos cetros aunque sin olvidar que podía ser un elemento defensivo.


El hombre mayor luce una elegante perilla. Llegar a ciertas edades era una muestra de salud y fortaleza en el siglo XIX que solo unos pocos y de clases sociales acomodadas poian disfrutar. Debemos tener en cuenta que a finales del siglo XIX la esperanza de vida era la mitad de la que disfrutamos ahora. El fondo fotográfico Almayso es uno de los más extensos que se conservan actualmente en el inicio de la fotografía en el siglo XIX y posteriormente, para toda Europa, tanto en la disciplina del retrato, el paisaje o la imagen costumbrista.


En la moda del momento además de la vestimenta de diario, existía la de día, más elegante para las horas diurnas, para pasear por el parque del Retiro en Madrid por ejemplo, o la de cocktail, para celebraciones de alto copete y diurnas o nocturnas de chaqué o frac, entre otros atuendos. Almayso, cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana fue pionero en el arte de la fotografía y el retrato en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.


Aunque nos parezca muy joven el protagonista de la imagen, debemos tener en cuenta que a finales del siglo XIX la esperanza de vida era la mitad de la que disfrutamos ahora por loque los jóvenes maduraban antes y sus obligaciones sociales y laborales también eran más precoces. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


Este elegante joven vestido con frac y pajarita blanca luce una flor del mismo color en la solapa. Las flores blancas significaban pureza, amistad y confianza y también compromiso por lo que en una sociedad cargada de simbolismos no sería de extrañar. Hacerse una fotografía en el siglo XIX debía ser un acontecimiento de importancia con carácter de celebración, festividad o solemnidad, ya que implicaba el vestirse y prepararse para la ocasión, el acudir casi siempre acompañado al estudio, y el negociar el carácter del retrato, la puesta en escena, y la iluminación con el fotógrafo.